Autor, emprendedor, analista económico y político.
Artículos y Ensayos, tanto en español como en inglés, sobre la condición de Venezuela y otros temas de interés internacional.
Pienso en Arnaldo Limansky. Pienso en Lucho, una persona cabal,
trabajadora, creativa y colaboradora. Una persona que tuve el honor de
considerar amigo mío.
Recuerdo hace pocos años, quizás dos o tres que pudiese confirmar a través
de Dr. Google, cuando fui a acompañarlo al funeral de Maria Luisa, su esposa de
tantos años; su esposa de tantos años y de toda la vida. Estando al lado mío y viéndola
en el ataúd me dijo “se nos fue, Carlos. Parece que está dormida”.
A Maria Luisa le gustaba tocar el ron, y cuando hacíamos las noches de cine,
en casa de Napoleón Bravo y Ángela Zago —con Harry Froget y Maria Antonia, Beatriz
Galindo, José Antonio Cisneros, que nos facilitaba sus equipos, y muchos otros
que no recuerdo en este momento, traía su Santa Teresa. Ocasionalmente iban otros como
Carlos Ortega y Peti, Pablo Medina y su hermana Yolanda, Antonio Llerandi, Grazio
D’Angelo u Orlando Urdaneta entre otros.
Grazio, Wolfgang y Lucho
Esas noches las estimuló Lucho, y las películas eran típicamente de la colección
de Wolfgang Schack, el director de Radiografía de una mentira(2004),
que eventualmente le valió el exilio. Wolfgang,
naturalmente, se inclinaba por seleccionar películas rondando atrocidades
totalitarias, de las cuales La rosa blanca y Los fantasmas de Goya
fueron especialmente memorables. De nuestra colección particular escogíamos películas
más entretenidas, una navidad pusimos Love Actually, por ejemplo. Cuando
iban invitados como Antonio u Orlando, a veces poníamos sus películas. Vimos el
documental Cabrujas en el país del disimulo, 100 años de perdón,
y por supuesto el extraordinario documental que hizo Limansky acerca de Los
últimos días de Facundo Cabral. Era un buen grupo, a veces incluso hicimos
alguna reunión en mi casa, aunque no de cine, simples parrillas. Todavía me
queda algo del Santa Teresa. Hace tiempo que no hago parrillas.
En tertulia de parrilla en casa: Maria Luisa, Angela y Napoleon, Lucho, yo y Esmeralda, Martha Mijares y Joe Cox, Maria Antonia Padron - Foto de Harry Froget.
Limansky conservó su manera de hablar sureña a pesar de haber vivido y
creado principalmente en Venezuela. Trabajó en cine y series de televisión, y
hasta hace apenas dos años conversábamos acerca de dos proyectos. El primero
denunciando mediante un relato ficticio las atrocidades en el Arco Minero en
Venezuela. Venezuela, su tierra y su
gente, siempre se mantuvieron en el corazón de Lucho. No sé en que habrá parado
esa serie que estaba proponiendo, él lo que hizo fue consultarme un poco acerca
de la historia y otras menudencias. En su sitio web, CineCinco, aparece parte de la
gran obra de Limansky.
El segundo proyecto fue por iniciativa mía, y era para producir un
documental acerca de la campaña de Maria Corina durante el 2023, con la intención
de acompañarla en su admirable recorrido del país llevando el mensaje de
libertad. Con una estructura central de cuatro secciones, Andes, Guayana,
Centro y Margarita, cada una centrada sobre un tema del programa libertario, elaboramos
el guion y el presupuesto, recopilé docenas de videoclips (desde “expropiar es
robar” hasta “fue útil”, entre otros), alineamos un equipo jurídico y un
aclamado director -cuyo nombre no voy a decir públicamente en este momento-
identificamos los equipos técnicos y humanos y la logística necesaria, y
conversamos continuamente con el Comando de Campaña, donde Magalli Meda era
nuestro enlace principal.
Los tiempos acelerados y fricciones de otro tipo hicieron que no
arrancara el proyecto. Emprendimientos con fecha de vencimiento fácilmente no
arrancan y hacia finales de mayo, y con fecha de arranque en agosto, los
detalles (de esos que siempre hay) no pudieron cerrarse y tuvimos que abandonar
el proyecto. El profesionalismo de Limansky y su amistad, sin embargo, relucieron
durante todo nuestro trayecto. Es de hacer notar que, y a pesar de poner su
empresa productora a la orden, no quería que el nombre suyo fuese utilizado de
manera pública o contractual, por poder afectarle a él u otros cercanos. También
y demostrando su interés y profesionalismo, teníamos que trabajar considerando
sus horarios de radioterapia; su amor por Venezuela y deseo de cambio hacia un
futuro mejor para el país, también se hizo evidente.
Hace un par de meses Lucho me dijo que se regresaba a Venezuela, ya no tenía
nada acá en los EE.UU. que le hiciera querer quedarse. Como muchos que conozco, esperaba la liberación
de Venezuela, pero – y esto no me lo dijo- sabía que a él no le quedaba mucho
tiempo. Cada día que pasa es un día más cercano al día de la liberación de
Venezuela; también es un día más cercano al día de nuestra muerte. Limansky pareció
pensar que uno estaba más cercano que
el otro. Quería regresar a su patria adoptiva, ver el Ávila, tal vez algunas guacamayas.
Antes de irse me llamó para decirme, con su característica cálida calma, que se
iba y que antes iría a visitar a Napoleón y Ángela a la ciudad en donde viven desde hace algunos años.
Lamento no haber aprovechado para hacer un paréntesis en mi cotidianidad y
visitarles en aquel momento lo cual, ahora lo entiendo, me estaba sugiriendo.
Me enteré por Wolfgang la mañana del viernes pasado de su partida. Inmediatamente
llamé a Ángela. Ella, por supuesto, ya lo sabía. Hace unas semanas habían
conversado y él le había dicho acerca de su decisión de parar los tratamientos
debilitantes que lo tenían cansado. Iba a cumplir noventa en julio de este año, y su vida había
sido buena. Me cuenta ella que el jueves pasado en la tarde sintió un gran
impulso, un pálpito de que tenía que llamar a Lucho. Ese momento fue en el que él
se encontró nuevamente con Maria Luisa.
Arnaldo Limansky (1935-2025)
Toda persona tiene muchos mundos, me alegro que Lucho compartió algunos de
los suyos conmigo, y lo recuerdo de esa manera. Duerme en paz, querido amigo.
La posverdad y las
falsas narrativas son ya nuestro pan de cada día. No es que estemos descubriendo el agua tibia, a
fin de cuentas, la propaganda de todo tipo, desde comercial a política, es una vieja
herramienta. Es la explosión de la información sin filtros por medio de redes
amorales, combinada con la represión selectiva de la información por actores con poder, lo que hace
que dudar de la fidelidad de cualquier información públicamente difundida sea
un ejercicio mental saludable.
En el mundo contemporáneo las consecuencias de las mentiras de gran envergadura son trágicas. En otros países se han propiciado guerras territoriales o de odios que nos recuerdan conflictos que pensábamos superados. Vemos narrativas utilizando la posverdad para dividir, atomizar y fracturar sociedades para lograr ventajas políticas o económicas del grupo promoviendo esas narrativas y lograr o mantenerse en el poder. En Venezuela, el uso de la posverdad nos ha llevado a la combinación de un estado de miseria con uno de represión sin paralelo en nuestra historia.
En nuestro país, la mentira utilizando la
posverdad es un instrumento para mantenerse en el poder y reprimir la oposición.
Nos dice Carlo Collodi que una vez que alguien dice una mentira, tiene que
seguir mintiendo para no caer en contradicciones, llegando a decir tantas
mentiras que su obvia desfachatez es igual a una enorme nariz que se agiganta
con cada nueva mentira. El régimen criminal de Venezuela tiene una enorme nariz;
o tal vez muchas. Como múltiples pólipos faciales desfigurados y crecientes dice
mentiras para cada ocasión, desde el “dólar oficial” para crear ilusión de estabilidad
y control (y oportunidades de corrupción), hasta fingir ignorancia en la desaparición
de disidentes y opositores – y eventualmente imputar obvios cargos falsos de “odio”,
“terrorismo”, “magnicidio”, etc. Por supuesto el mayor embuste, la nariz mas
enorme, es la farsa electoral: su vanidoso intento por crear una ilusión de
democracia.
Corea del Norte se
autodenomina la “República Popular Democrática de Corea”. Este es un país en
donde los años del calendario oficial se cuentan a partir de la ascensión al
poder de la dinastía Kim, y su descendiente y líder actual usa veneno y perros para asesinar
rivales, así sean familia. El servicio secreto represivo mas feroz y eficiente
lo crearon los alemanes de la “República Democrática Alemana” (DDR) la Alemania
Oriental de la Guerra Fría. La Stasi de la DDR entrenó al servicio secreto
cubano, el infame G2, en sus tácticas represivas y de “contra-propaganda”, y a
su vez el G2 ha infiltrado, entrenado y comanda las fuerzas de inteligencia
represiva y desinformación en Venezuela. El uso de la palabra democracia es común y
frecuente entre dictadores de toda calaña, pretendiendo utilizar la falsa retórica
para justificar su despotismo. Para poder usar esa palabra, recurren a la farsa
electoral.
Las democracias se
caracterizan por las rivalidades entre partidos que pretenden influenciar los
destinos del país, y por instituciones estables que la protegen, incluyendo poderes
y sistemas electorales responsables, transparentes e independientes. Todo se instrumenta para poder interpretar la voz y voluntad del soberano, los ciudadanos,
bajo el marco de la constitución del país. La voz y voluntad del soberano es el
fundamento de una democracia, y esta se manifiesta de diversas maneras, siendo la
más visible el voto popular. Esa, sin embargo, no es la única y, por eso, una característica
específica de las democracias es la libertad de expresión, instrumentada en la libertad
de prensa, de asociación y de manifestación pacífica.
Cuando el régimen pretende
montar una farsa electoral para declararse democrático, mostrando descaradamente
la enorme y fea nariz de su gran embuste, el deber democrático de todo ciudadano
es rechazar esa farsa. Nos quedan las otras armas de la democracia, y en este
momento la protesta pacífica y desobediencia civil debilitará aún más al régimen.
La gran unidad opositora que le asestó un golpe mortal al régimen el 28 de
julio, puede rematar la tarea este 25 de mayo. El gran ¡NO! al régimen el 25 de
mayo es el complemento al gran ¡SÍ! a la democracia que manifestó el soberano el
28 de julio.
Ya la es hora de
levantar la peor sanción que tiene nuestra nación: el régimen criminal que
pretende aferrarse ilegítimamente al poder. Ya es la hora de reunificar la familia
venezolana, desde los engañados hasta los emigrados, todos somos ciudadanos venezolanos
que aspiramos a una patria noble, grande con futuro y libertad. Yaes la hora de decirle al embuste el gran ¡NO! Venezuela ya votó, y esa es la verdad verdadera del 28 de julio y el gran embuste del 25 de mayo.
Hay veces
que hemos oído expresiones sardónicas acerca de esos amores de lejos. Pero la
distancia y el tiempo no hacen que ciertos amores sean de fantasía. Muchos
recuerdan su primer amor verdadero y algunos tenemos la fortuna de todavía
vivir con ellos. Los recuerdos de otros amores dejan huella, no se olvidan y forman parte de nuestro ser. Seres queridos que viven a distancia no por eso dejan de ser
queridos. Para algunos que hemos perdido seres queridos, su recuerdo es imborrable.
Desnudo, piedra en molde (1966)
Hoy recuerdo
a mi madre, Bárbara, nacida en los EE.UU., su amor por un venezolano la hizo
amar este país, el país donde nacieron y crecieron sus hijos. Desde 1951, a los
20 años, emprendió su recorrido de amor por Venezuela. Esa década fue de
vaivenes entre estudios y exilios de mi padre, hasta regresar a formar hogar
permanente en 1960. Dedicada a las artes plásticas y a la música (desde clásica
al folclore venezolano) nos inculcó esa amplia apreciación desde temprano, haciendo talleres
sabatinos con niños de Chapellin y Sarria en nuestra casa, bajo su guía y la de
otros artistas del momento. Su propio momento cumbre como artista fue una exposición
de sus obras en el Museo de Bellas Artes. Poco después tuvo que dejar sus ambiciones
para dedicase de lleno a nosotros tras el divorcio en 1969, un pequeño
escandalo social en aquella época de flux, corbata y largos vestidos. Los 70 la
vieron fuera de su medio en Nueva York y, finalmente a finales de la década se
regresa a Venezuela, su verdadera patria, la que nos enseñó a querer.
Fiel a sus
principios, al inicio de la era de Chávez se regresó a los EE.UU. Durante la
época de Franco, mis padres habían hecho un pacto mutuo de no viajar a España,
a pesar de querer hacerlo, mientras no cayera esa dictadura. Tras el divorcio y
nuestras penurias económicas, ella nunca tuvo oportunidad de ir a esa tierra
como hubiese querido. Mi madre falleció en
el 2011 y nos pidió que lleváramos sus cenizas a Venezuela, a su playa preferida,
después de que cayese el régimen totalitario de Chávez; régimen que ha
continuado con el tirano Maduro. Pero llevaremos esas cenizas pronto.
Hay
demasiadas historias, tal vez no suficientes, del amor de madre, madre cerca, madre lejos y madre más
allá. El amor de madre se siente en cualquier lugar, pero siempre nos gustaría tenerla
algo más cerca. Nuestras ocupaciones y faenas diarias a veces interfieren con
esa cercanía, pero nunca con la que existe en el corazón. En Venezuela hay muchas
madres lejos de sus hijos, por muchas razones. El régimen ha fracturado familias
despiadadamente, desde el exilio, forzado o desesperado, hasta la prisión o la
muerte. Emblemático es el caso de Maria Corina, con sus hijos afuera y ahora su
madre también. Lo que el régimen en su afán
de control totalitario represivo nunca logrará es quebrar el amor a distancia
de toda la familia venezolana, incluyendo el amor por nuestra querida madre
patria. Venezuela pronto será reunificada por la incansable y heroica labor de
la oposición democrática que tiene esa meta en la mira. El abrazo maternal nos
espera pronto.
Feliz día a todas las madres.
Bárbara (1931-2011), Foto sin fecha, una playa en Venezuela
Rompe el
amanecer. Hoy es Domingo de Resurrección, el día que conmemora el retorno a la
vida del redentor Jesucristo. Es el día que reafirma la fe cristiana en una
nueva vida después del sufrimiento, después del calvario, después del valle de
lágrimas.
Frecuentemente
escribo a estas tempranas horas, absorbiendo el despertar del mundo: pájaros
trinando, animales curucuteando; el sonido del despertar de los vecinos:
puertas abriendo y cerrando, algunas voces, motores zumbando. Uno que otro avión
sobrevolando. No hay guacamayas.
Pongo
música para esta hora del despertar, frecuentemente Gabriela Montero lanzando
al aire con energía acordes inspirados en la tierra venezolana, nuestra patria común lejana.
En este
día, al igual que todos, recuerdo el sufrimiento y agonía que atraviesa nuestro país. Hay quienes se lavan las manos de culpa, tanto en nuestra tierra
como en otras, tanto lideres nacionales como internacionales. Venezuela sufre,
todo indicador humanitario lo dice a gritos. Las generaciones futuras serán
afectadas por el hambre física, moral e institucional que han sufrido. Los
venezolanos tendremos menos estatura, menos fortaleza física, menos capacidad
intelectual, por esta tortura corporal y espiritual a la cual un régimen criminal
ha sometido a la nación.
La tristeza
me embarga, siempre, al pensar en este sufrimiento. Al pensar en los caídos, en
los presos, en los torturados, en los desaparecidos y en todos los perseguidos,
algunos enconchados, otros en el exilio forzado. Me embarga una tristeza
profunda, pero también la esperanza, no la desesperación. La esperanza de que la nación
venezolana despertará y tendrá su nuevo renacer.
En este día, Domingo de Resurrección, esta esperanza está más viva que nunca. Tengo la fe de que todos nuestros compatriotas tienen la resistencia, la capacidad y la fuerza para este renacer. Lo han demostrado al régimen y al mundo con creces. Sobreviremos el viacrucis y llegará una nueva vida con reunificación y reconciliación para Venezuela. Una Venezuela con paz y prosperidad en democracia y libertad.
Desde que se implementaron las políticas de control y cambio
social por el régimen de Chávez-Maduro en Venezuela, cerca de 40.000 personas han
sido asesinadas a sangre fría ya sea por "justificaciones" impulsadas por el afán
sectario ("divide y vencerás") del régimen enfrentando clases sociales del país [1]; durante las OLP, "operaciones de liberación del pueblo" esencialmente guerras
entre pandilleros; o en ejecuciones extrajudiciales de manifestantes y
opositores políticos – sobre el asfalto o en mazmorras. Eso, sin dejar de
mencionar el masivo éxodo migratorio de millones de venezolanos en búsqueda de
su felicidad (y de sus familias) en tierra extranjera.
Ese control y cambio social generador de víctimas ejecutado
por el gobierno, bajo la ilusión de tener la capacidad de conducir el pueblo
hacia un mundo feliz, es la antítesis de la libertad. Venezuela no es un país
libre. Venezuela no es un país en donde cualquier individuo pueda aspirar a crear
su propio futuro, desarrollando su potencial y su voluntad para tener una vida
mejor para sí y los suyos. Venezuela es un país en el cual la autoridad del
régimen de gobierno pretende dictar las reglas que le parezcan de un momento a
otro para implementar un férreo control sobre la sociedad, en esa vana ilusión
de crear Un Mundo Feliz. Y por eso hay oposición.
Todo ser humano tiene esa aspiración, la de crear una
mejor vida enfrentando las barreras y obstáculos naturales interpuestos por la
vida. Cada individuo busca oportunidades y maneras de sortear estos obstáculos
y barreras, creando distintos resultados individuales, pero mejorando la
sociedad como un todo por sus esfuerzos. El modelo de desarrollo y bienestar
social centralizado en un grupúsculo de planificadores pretendido por el
régimen no tiene ni la capacidad ni la flexibilidad de la gran multiplicidad de
individuos que conforman una nación; nunca podrá ser mejor que una sociedad en
libertad. Friedrich von Hayek, en entrevista realizada en Caracas (1981) [2] lo
decía de manera clara:
El sistema capitalista… debe [su] capacidad de adaptación a una
infinidad de variables impredecibles, y a su empleo, por vías automáticas, de
un enorme volumen de información extremadamente dispersa entre millones y
millones de personas … que, por lo mismo, jamás estará a la disposición de
planificadores. En el sistema de economía libre, esa información puede decirse
que ingresa en forma continua a una especia de supercomputadora: el mercado…
Allí es procesada de una manera no solamente abrumadoramente superior como
usted expresó, sino de una manera realmente incomparable con la torpeza
primaria de cualquier sistema de planificación.
Capitalismo y libertad van de la mano. A pesar de
haber intentos de “capitalismo planificado” en países como China, Cuba y la
misma Venezuela, típicamente son para efectos propagandísticos en el caso de
Mini/micro-empresas, mercados “negros” para solventar escasez e ineficiencias
de los mercados oficiales, o maneras de canalizar favores del y para el estado
– la corrupción a gran escala. En Venezuela este último grupo caracteriza a los
llamados “bolichicos”, entre otros calificativos. La arbitrariedad de cualquier
régimen bajo planificación central hace la amenaza de intervención o clausura una
espada de Damocles para cualquier entidad proto-capitalista permitida. En China,
Jack Ma y la intervención del estado en Ali Baba ejemplifica de manera clara esta autoridad arbitraria. En Venezuela se vio
recientemente con multas y clausura de hoteles, areperas o transportistas que cálidamente
acogieron o prestaron sus servicios a la líder opositora Maria Corina Machado
durante la campaña presidencial del 2024.
El régimen que gobierna a Venezuela pretende coartar
la libertad a cambio de una prometida prosperidad colectiva. Esa prosperidad se
ha basado en las promesas pasadas y futuras de la repartición controlada de
bienes y riquezas que el gobierno (¿mágicamente?) canalizará y distribuirá a la
sociedad como un todo. El régimen ha estructurado las instituciones y fuerzas
del estado basado en esa promesa inalcanzable del socialismo profundo: el gran
estado de bienestar. El pueblo venezolano ya no se come ese cuento.
El voto masivo con los pies por más de ocho millones
de venezolanos que han emigrado del país dice que ellos no se comen ese cuento
de la prosperidad futura prometida a cambio de la libertad. El voto en las
urnas electorales por más de siete millones de venezolanos bajo amenaza de
retaliación dice que ellos no se comen ese cuento de la prosperidad futura
prometida a cambio de la libertad. La oposición al régimen es una oposición a
las instituciones y modelo que éste ha creado y que han llevado a Venezuela al
despeñadero económico y social. La oposición no es de un partido a otro, como
usualmente es en sistemas democráticos. La oposición ni siquiera es acerca de
las metas sociales y económicas del país (aun cuando en el caso del régimen la
promesa de esas metas sean promesas vacías). La oposición es al modelo y
estructuras de poder que ha construido el régimen para mantenerse y enriquecerse
exprimiendo el sudor, sangre y sufrimiento de todos los venezolanos, incluso de
las familias y adeptos que en el pasado se tragaron el cuento de esa promesa (representado dramáticamente en el reciente cortometraje "La Verdad", con Elba Escobar).
El régimen y el modelo no solamente han sido
derrotados en las urnas electorales, han sido derrotados en el corazón y en el alma
de los venezolanos. Los dieciséis millones de venezolanos que han votado de
alguna manera u otra en contra de este modelo de fantasías dirigido por una
banda de criminales se mantienen unidos en el consenso de la necesidad de
restaurar la democracia y la libertad para lograr la paz y prosperidad de la
nación. El régimen está derrotado de mil y un maneras, pero hará todo lo
posible para aferrarse al poder. El régimen pensaba que con los trucos bajo la
manga que tenía, las elecciones del 28J serian un fraude invisible. Bajo el
liderazgo indiscutible de Maria Corina Machado, jugando con las reglas del
régimen, el régimen perdió de manera claramente visible. La juramentación
espuria de Maduro como presidente no lo protege de la marea opositora, de la
decisión soberana del pueblo venezolano. Dividirse ahora como pretenderían el régimen y la oposición cómplice, ceder ahora, es
permitir el desatar de una venganza terrible sobre el pueblo venezolano.
Ceder ahora es deshonrar la sangre y los gritos de las víctimas del régimen en
su inacabable afán de control y cambio. Ceder ahora es permitir una
corrupción que desvía los grandes recursos del país al bolsillo privado de esta
banda criminal que posiblemente piense que algún Genio (¿el G2?) le concedió el
deseo del toque de Midas; pero como aquel legendario rey, sucumbirá por su
propio orgullo y avaricia. Ante la
oposición, el régimen no puede detener la ola de cambio que se le rompe encima,
porque la oposición noes Maria Corina, Edmundo, Juan Pablo, Andrés, Delsa... la oposición es Venezuela, todos unidos, hasta el final.
[1]No olvidemos a HCF con eso de “ser rico es malo” o su proclamación al
conmemorar el 4 de febrero, en 1999, justificando socialmente al “delincuente
obligado”.
[2]La entrevista, conducida por el periodista y analista Carlos Rangel
el 17 de mayo, fue publicada en el diario El Universal en junio. Se incluye
como apéndice en libro de Carlos Rangel El Tercermundismo (Monte Ávila, 1982)
Este ensayo/entrevista busca responder inquietudes
surgidas en la video-entrevista de Napoleón Bravo a Carlos J. Rangel sobre su
nuevo libro, MITOS DE NUESTRA HUMANIDAD: RELATOS DE SIEMPRE PARA HOY conducida
el 7 de diciembre, 2024. Estas preguntas le fueron planteadas a CJR en un chat
de WhatsApp, y son suficientemente interesantes como para compartirlas en este
blog.
La entrevista en BRAVO24
Estimado Ofer:
Agradezco que te hayas tomado el tiempo para ver la
entrevista y enunciar preguntas que surgieron de la misma. No se ve en la
entrevista publicada en YouTube, pero Napoleón tuvo que editar parcialmente el
video puesto que se nos acabó el tiempo. Me dijo que esa era la primera vez que
le había ocurrido eso, que perdió la noción del tiempo por lo amplio y fascinante
de los temas discutidos. Igualmente, tuve una gran satisfacción participando en
esa entrevista. Mi nuevo libro tiene como objetivo generar este tipo de discusión
amplia acerca de la democracia liberal y ciertamente esta entrevista cumple con
ese objetivo.
Lamento no haberte dado respuesta más rápidamente,
pero tus preguntas tocan temas profundos que preferí ponderar con tiempo antes que
dar respuestas superficiales. Trato de responder tus inquietudes elaborando
algo sobre temas que he desarrollado anteriormente, con la esperanza que de
alguna manera sean satisfactorias. Para hacer la lectura más estructurada la divido por tema que genera la inquietud. He aquí mis respuestas:
En primer lugar, en el minuto 17:03 habla de
liderazgo populista y "la respuesta simple" es NO cuando se le
pregunta sobre ser capaz de alcanzar una posición de liderazgo nacional sin ser
populista.
La respuesta simple es “no” porque meritocracia y tecnocracia
de por sí no movilizan votos. Personas con gran preparación y sentido de
lo que moviliza a los segmentos de población necesarios para obtener una mayoría
del voto popular son rara avis, si es que existen. El voto popular que
logra las mayorías necesarias para triunfar generalmente no es un voto bien
ponderado y se moviliza por la emoción más que la razón. Es un voto que, en la percepción del votante, rechaza
al status quo que le niega oportunidades y bienestar. La fracción
que emite votos deliberadamente ponderados por el candidato de su ideología preferida
generalmente es entre 10% al 30%. En una elección entre dos partidos
principales o por balotaje, eso significa que entre el 40 al 80% de los ciudadanos
con derecho al voto no utilizarán criterios ponderados para emitir su voto. De
esa gran masa de votantes (más cuando se aproxima a 80 que cuando se aproxima a
40) muchos son apáticos ante las alternativas presentadas en la elección y se
abstienen de votar. Para energizar el voto de la masa electoral la herramienta más
efectiva es el populismo y por eso toda opción ganadora tiene un componente de
este. Las promesas de cambio del status quo hechas con cariz populista
generalmente son efectivas, pero las promesas exageradas y evidentemente irrealizables
también generan movilización electoral, aun cuando el votante sepa que son
irrealizables. Este populismo extremo apela a la emoción de la identificación,
es decir, le hace sentir al votante que el candidato entiende sus problemas y que
si no los puede solucionar no es por ignorarlos, ni siquiera por decepcionarlos,
sino por fuerzas ajenas (y esto es común en el discurso populista) que le
adversan, por algún enemigo identificable, típicamente imaginario y expiatorio.
Todo político en contienda electoral tiene que incluir
entre su arsenal de campaña una dosis del populismo movilizador del voto para
sumar la mayoría ganadora a su favor. Cuando el candidato basa su campaña en
una promesa de futuro utópico o regreso al pasado glorioso que los enemigos de
la nación han truncado, es decir la campaña de la promesa milenaria y el
redentor que la hará cumplir, dicho candidato se acerca al populismo extremo;
un populismo que fácilmente puede caer en mando autoritario al convertir a los
opositores a su candidatura en enemigos de su mandato (y de la nación) en vez de
adversarios a sus políticas.
Usted ilustra el esquema de la pirámide y el
lugar óptimo para una democracia es estar en el centro de la pirámide. Jóvenes,
más idealistas, al que Usted le da el apodo de izquierdistas buscan
oportunidades en la base de la pirámide, mientras que los dueños de la
propiedad privada son menos idealistas, más conservadores, al que Usted le da
el apodo de derechistas en la cima, que buscan proteger sus pertenencias.
En una entrevista como la realizada es difícil
explicar la complejidad de la economía social en términos sencillos. El número
de variables excede tres, lo que Daniel Patrick Moynihan definía como un problema
super complejo (tres variables es un modelo complejo, según DPM). Si mal no recuerdo, Napoleón me preguntó acerca de la validez
de los términos derecha e izquierda, a lo cual respondí que francamente hoy en día
se usan más como epítetos que como definición de ideología. Esta pregunta surge
de una parte del libro en donde argumento que los derechos de oportunidad son
los que caen bajo el manto del llamado izquierdismo y los derechos de propiedad
bajo el llamado derechismo. Debido a que la naturaleza de la humanidad es
definida por sus etapas de infancia, juventud, madurez y vejez, es observable
la correlación entre jóvenes buscando oportunidades y mayores protegiendo sus
activos acumulados, sean tradiciones, morales o monetarios. La interpretación que
usted aparentemente sugiere es que yo dije que los viejos son derechistas y los
jóvenes izquierdistas. Eso se parece a lo que quise decir, pero no lo es exactamente.
Aquellos que ofrecen proteger y ampliar las oportunidades para el desarrollo individual
son acogidos por los que desean tener nuevas oportunidades o piensan que se las
han quitado, sean jóvenes o no. Generalmente la demografía en busca de
oportunidades es mayoritariamente joven, y en Latinoamérica la pirámide etaria
tiene una amplia base, por lo tanto ese mensaje de oportunidad, el clásicamente
izquierdista, reverbera en este continente. Pero el triangulo de Hayek al cual
yo me refería es otra dimensión de variables. Él coloca en cada vórtice conservadores,
progresistas y liberales (identificándose a sí mismo como liberal). Su tesis
era que los conservadores y los progresistas quieren mejorar la sociedad obligándola
a adoptar sus dogmas, sean conservadores o progresistas, mientras que los
liberales consideran que forzar dogmas de comportamiento social o económico obstaculiza
el desarrollo del bienestar individual y. por ende, el colectivo (esencialmente
el mismo paradigma de la mano invisible de Adam Smith). Los extremos del dogma progresista
y el conservador se ilustran con las autocracias sostenidas en la Unión Soviética
y con la Inquisición Medieval. La crítica que se le hace a este modelo de Hayek
es que en el extremo liberal se desarrolla el anarquismo el cual, creando un vacío
de poder, es vulnerable a otras autocracias dogmáticas. Era este triangulo al
cual me refería en la entrevista, no la pirámide etaria. Este es el triángulo en
cuyo centro se encuentra la democracia, siempre en pugna hacia cualquiera de
los extremos, y generando el caos creativo y renovación que produce el mayor
bienestar social.
¿Qué piensa de ese esquema piramidal del que
habla en el contexto de una república, no de una democracia, y de un líder
populista de derecha que ha alcanzado la cima del poder en ese escenario? ¿Cómo
terminaría esa película?
Hoy día se habla mucho acerca de la diferencia entre república
y democracia suponiendo, o insinuando, un valor superior en la manera de
gobernar de una sobre la otra. Si buscamos la diferencia esencial, nos
encontramos con ideales cuasi platónicos que definen una como un sistema institucional
en donde los poderes del estado se ejercen con representantes del poder
soberano (los ciudadanos) escogidos mediante el voto, con pesos y contrapeso
que defienden las instituciones, y con el gobierno basado sobre leyes
establecidas y precedente institucional. La democracia pura, es decir directa (como
ha sugerido Elon Musk instituir en sus colonias en Marte) no tiene esa
institucionalidad, precedente y legado, y fácilmente puede caer en la llamada “tiranía
de las mayorías” con plebiscitos a diestra y siniestra – mob rule. Estipulando
entonces que una republica es mejor manera de gobernar (y difícil de
mantener) que una democracia pura (imposible de mantener), pasemos a la cuestión del líder populista.
El líder populista, sea que diga que protege los derechos de
propiedad o los derechos de oportunidad, combinado con tendencias conservadoras
o progresistas (los liberales rara vez son populistas, llegan al poder por el
hartazgo del soberano con los otros vértices del triángulo de Hayek – caso Milei
o MCM), tiene dos opciones una vez que llega al poder: romper la
institucionalidad republicana para mantenerse en el poder, o someterse al
juicio de los votantes de una república con fuertes instituciones. Por eso, y
porque -como argumentaba anteriormente- todo candidato para llegar al poder debe
tener algo de populista, la democracia institucional con alternabilidad y rotación
de ideologías (el caos creativo que genera bienestar social), siempre está en
peligro. Recae sobre el soberano, los ciudadanos de la nación, elegir a representantes
que defiendan a las instituciones (siempre perfectibles) en vez de aquellos que trasparentemente
buscarán mantenerse en el poder eternamente. Cabe mencionar en este momento la referencia hecha durante la entrevista al “Poder Moral” al que aludía Simón Bolívar, una
serie de escribas independientes que registran la actuación moral, o no, de los
representantes en los otros poderes de una nación. Es decir, la prensa libre e
independiente.
Finalmente, pensar que la película termina es no darse
cuenta de que el proceso de gobierno y el avance social y económico es un
proceso interminable, inacabable, sin fin y perfectible cuyo modus operandi
es el probar, errar, corregir. La naturaleza humana prefiere el orden predecible (terminar la película) a la incertidumbre caótica (el interminable valle de lágrimas), pero es en ese caos, en esa destrucción creativa de
la cual hablaba Schumpeter refiriéndose al capitalismo, allí es que existe la innovación
y el avance en todos los aspectos sociales y económicos de una sociedad.
Estancarse es morir. La película no acaba.
En segundo lugar, en el minuto 26:43 usted habla
de que China ha hecho cambios y difiere sustancialmente de otras naciones
comunistas en su manejo de la economía, aunque concluye que no va bien.
Si uno considera el buen gobierno, la
planificación económica central o las fuertes inversiones en educación e
infraestructura como medio para alcanzar un fin, entonces el modelo chino es
uno de los más eficaces de la historia de la humanidad. A pesar de su liderazgo
tiránico, el modelo chino tuvo como resultado la extracción de la mayor parte
de su población de la pobreza extrema - al menos la mitad de su población, es
decir, 800 millones de personas - a una fuerte clase media y una clase rica
sustancial en un período de tiempo muy, muy corto: ¿sería el modelo chino uno
de los mejores modelos del mundo? ¿Sería un buen modelo de gobierno o una buena
política económica? ¿Es sostenible?
Menos tiránicas pero similarmente efectivas son
las historias de Taiwán, Corea del Sur, Singapur y otros Tigres Asiáticos,
aunque todos ellos tuvieron, en su momento, un liderazgo autocrático que los
llevó a donde están ahora.
El “modelo chino” es atractivo y hace algún tiempo yo también
lo encontraba seductor. Los resultados evidentes de mejora en el bienestar social
efectivamente lo hacen digno de estudio profundo y sinceramente no he hecho ese
estudio, pero si estoy familiarizado con la idea. El presidente chino, Xi
Jinping, está convencido de que la hegemonía de los modelos sociales y económicos
de occidente durante los últimos 200 años son un paréntesis histórico en la supremacía
china sobre el mundo, y está haciendo su parte para restaurar esa supremacía.
No es único en esa visión, puesto que ya hace unos cuarenta años un alto
dirigente chino, Chou En-Lai respondió al preguntársele que opinaba acerca de
la revolución francesa y respondió que era demasiado pronto para llegar a
conclusiones. Esa perspectiva histórica de los lideres chinos se manifiesta hoy
día en el expansionismo económico que ha mantenido durante los últimos diez años
(abiertamente), y con la bienvenida de muchos receptores de ese expansionismo
por suponer que “el modelo chino” puede ayudar al bienestar propio de su país.
No debemos dejar de recordar que China sufrió bajo el régimen
del PCC de Mao una de las peores hambrunas del mundo en los años 60 del siglo pasado.
Esto, en combinación con la purga de la revolución cultural y la caída del muro
de Berlín creó las condiciones para el cambio del modelo de uno autocrático-comunista
a uno autocrático-capitalista, esencialmente promovido por Deng Xiao Ping, el primer presidente chino que visitara a los EE.UU. Las
instituciones creadas por el PCC se mantuvieron y mantienen, pero ante la desintegración
de la Unión Soviética, y el temor a la recaída en la disfuncionalidad económica
que causó la hambruna, la apertura a occidente fue inevitable. La incorporación de China a la economía mundial
comienza con su designación como MFN condicional en los años 80, y así comienza
el despegue económico. Es su aceptación del
modelo occidental de desarrollo lo que le permite modernizarse.
Ese modelo aceptado tiene sus condicionantes. El
occidente celebra la casi infinita mano de obra barata que ofrece China y se
dedica a invertir construyendo fábricas de todo tipo. Occidente también ve con
ojos ambiciosos el potencial de un enorme mercado consumidor, fácil presa de
las baratijas brillantes que ofrece– o así pensaban muchos. Pero el liderazgo chino ve la apertura de otra
manera, utilizando espionaje industrial y simple copia, comienza a producir sus
propis clones de los productos occidentales e impone barreras formidables a la penetración
del mercado chino por las empresas occidentales. Al mismo tiempo conduce un
gran programa de capacitación técnica y administrativa, becando a decenas si no
cientos de miles de jóvenes leales a estudiar en las mejores universidades de
occidente. Todos estos factores que permiten el despegue económico chino son
irrepetibles en cualquier otro país que pretenda emularlo, comenzando por el tamaño
del mercado interno, salvo India, que no parece tener planes hegemónicos mundiales,
y también ha logrado un cierto despegue económico bajo una forma de democracia perfectible.
El engaño de la ilusión del modelo chino que vende ese país, es tentador para países
pobres y con liderazgo autocrático, puesto que ven su posibilidad de mantener el
poder, pero despegar económicamente. Eso es una ilusión; el caso de China es único,
su despegue se inicia al aceptar las ideas de desarrollo y economía occidentales,
y su autoengaño acerca del bienestar producido por la economía dirigida y la
sociedad estratificada comienza a derrumbarse. Las ciudades fantasmas,
despobladas y en desuso son apenas un signo evidente y superficial de la enorme
corrupción e ineficiencias generadas por “el modelo chino”. Los vaivenes de su
mercado de valores manipulado han destruido fortunas. La supercomputadora del
mercado libre es imposible de controlar de manera eficiente y la mano invisible
castigará esas ineficiencias. A largo plazo (y recordemos lo que el corto plazo
es para los chinos) su modelo económico no es sostenible. La planificación central,
el monopolio estatal, y el adoctrinamiento de la población a favor de un modelo
de castas determinadas por la lealtad al partido (La India tiene un problema
similar) no es sostenible.
¿Qué piensa sobre la aplicación de esas políticas
inicialmente autocráticas – en conjunto – a los países latinoamericanos y
específicamente a la Venezuela post-chavismo? ¿Sería posible, seria cultural,
ética de trabajo, caudillismo, religión?
Nuevamente, reitero, el modelo chino es malentendido,
y esa mala interpretación es generada por la misma China mediante propaganda que
hace pensar que es un modelo alterno al modelo de libre mercado y democracia. Muchas naciones, con la excepción casi explicable
(pero no es el momento) de los EE.UU., tienen su origen como nación-estado con
un régimen autocrático estableciendo el monopolio de la violencia dentro de sus
territorios. En el caso venezolano, Juan Vicente Gómez es el que unifica a
Venezuela como estado-nación. Esa es una etapa superada, pero es posible que en
un escenario post-chavista sea necesario nuevamente unificar el país mediate
ciertas tácticas generalmente indeseables, violentas y cuasi autocráticas. Existen
otros escenarios de reconciliación que no nos regresan a los tiempos de la
Lucha Armada, mucho menos a los inicios el S. XX y Gómez. Recuperar el monopolio
de la violencia puede lograrse bajo un régimen democrático, sin necesidad de tácticas
autocráticas exageradas. Podemos ver el ejemplo de Polonia o África del Sur y.
posiblemente, veremos algo que aprender en la Siria post-Assad. Ciertamente espero que haya lecciones aprendidas del fracaso de la no-reconciliación en el caso del Irak post-Saddam.
No me gusta especialmente citar o recordar a Bolívar,
por su asociación a la excesiva e hipócrita referencia que tantos hacen de él, pero
él lo tenía claro: la creación de republicas aéreas que no contemplen la realidad
cultural, la ética de trabajo, la fascinación con el caudillismo, y la relación
con la religión de los habitantes de nuestro país, está condenada al fracaso.
No hay modelo chino, o estadounidense o europeo que valga. El modelo que
debemos seguir es el modelo venezolano, y este todavía está por cuajar. Es un modelo
con sus raíces en los cuarenta años de democracia perfectible que vivimos, los años
que nos demostraron el verdadero potencial de Venezuela.
Espero que haya logrado responder de
alguna manera las inquietudes generadas por la entrevista y que amablemente me
hiciste.
En las primeras
semanas de enero de 1958 mi tío fue detenido por la Seguridad Nacional,
la policía política del régimen de Marcos Pérez Jiménez.El primero de enero de ese año había ocurrido
un fallido intento de golpe por un grupo de militares con simpatías comunistas (era
la época de la Guerra Fría), encabezado por el Coronel Hugo Trejo.
En los sótanos del
palacio presidencial de Miraflores, mi tío me relató que hizo amistad con gran
cantidad de futuros dirigentes de la democracia venezolana, los cuales habían sido
recogidos como parte de la represión iniciada tras ese intento de golpe, y como respuesta
del régimen ante la creciente inestabilidad política. La oposición civil
clandestina organizó en esos días, mediante volantes impresos en mimeógrafos clandestinos
y pintas en la calle, una huelga general y otras movilizaciones que el régimen trató
inútilmente de reprimir. La caída ocurre cuando en la Escuela Militar los
cadetes se organizan en contra del régimen, el tirano ordena al ejército
disparar contra los cadetes, y los comandantes del ejército desobedecen la
orden.
El 23 de enero de
1958 amanece Venezuela sin dictador. Las puertas de las mazamorras se abren, y
mi tío ve el sol brillar nuevamente.[1] Lo
que la oposición civil y la disidencia militar no habían podido lograr por su
cuenta, derrocar al régimen, se logró cuando ambos se unieron con el fin de
derrocar una tiranía corrupta y autoritaria cuyos líderes ponían sus intereses
propios por encima de los intereses de la nación, iniciándose así la era del
experimento democrático de Venezuela que duró cuarenta años.
Debido a que a ese
régimen no le interesaba realmente la nación venezolana, la falta de una transición
ordenada resultó temporalmente en violencia callejera y anarquía, con la consecuente
sangre derramada, en su mayoría de adeptos al régimen que no pudieron embarcarse
clandestinamente a un exilio dorado.
El régimen que
actualmente azota las libertades y los derechos de los venezolanos ha
emprendido una ola de represión y encarcelamiento arbitrario que supone es una demostración
de fuerza, cuando lo que demuestra es su debilidad. Supone, que al igual que en
Cuba suponen sus líderes, lo que hace falta es unos cuantos perros ladrando
para conducir un gran rebaño de ovejas. Subestima el régimen la capacidad de
una nación que canta y entiende la letra de su himno nacional, cantando
vigorosamente estrofas como “abajo cadenas” y “el pobre en su choza, libertad
pidió” al igual que la temporalidad del “vil egoísmo”. Subestima el régimen a una
nación que prende una vela, enciende una luz, que no apagará hasta que la
libertad regrese para todos los prisioneros políticos.
La tragedia
venezolana bajo la satrapía actual toca de manera personal a cada uno de
nuestros ciudadanos, algunos más de cerca que a otros, y algunos más trágicamente
que a otros, aunque ninguna tragedia personal es pequeña. Recientemente una
persona con la que he interactuado frecuentemente durante los últimos cinco
años o más, y le tengo afecto hasta paternal, fue apresada de manera escalofriante e
injustificable por esbirros del régimen. Hasta hoy está desaparecida. Sus
logros en la lucha por la libertad han sido crecientes durante ese periodo en que
la he conocido, y es una joven que, para mí, representa el futuro posible de Venezuela,
con amor de patria (y del beisbol). No quiero minimizar de ninguna manera la
importancia de cualquier otro preso político, desde Rocío San Miguel hasta
Freddy Superlano, Dignora Hernández y Henry Alviarez, o los recogidos por demostrar
su patriotismo en cualquier marcha estas semanas. No quiero minimizar la
tragedia personal que representa estar asilados y asediados en la embajada de
Argentina, con incertidumbre diaria acerca de las intenciones del régimen; de
ninguna manera quiero que se olviden a los más de 20.000 caídos por violencia del
régimen, desde Bassil Da Costa, y tantos otros más derramando sangre en el asfalto
de protestas cívicas, incluyendo un primo de mi esposa, hasta los asesinados
por las PLO como venganza hamponil y consolidación del poder de pranes aliados
al régimen. Para mí, sin embargo, la detención de María
Oropeza es casi como que me hubiesen secuestrado a mi hija. Enciendo mi
vela de libertad por ella y, con ella, por todos los otros detenidos
arbitrariamente y sin debido proceso bajo leyes apegadas a derechos civiles y humanos
básicos bajo cualquier definición de sociedad civilizada.
[1]La ola de detenciones políticas y arbitrarias desatada fue
contraproducente para la estabilidad y resaltó la profunda ilegitimidad del régimen
ante sus mismos partidarios. Mi tío no era activista político ni tenía afiliación
partidista, era un comerciante que había sido arrestado al visitar como amigo de
la familia a la esposa de un detenido político y militante copeyano que acababa
de dar luz a un bebé. Esta anécdota la detallo en la primera sección de mi libro
La Venezuela imposible.
La elección
del 28 de julio del 2024 eliminó toda posibilidad de credibilidad democrática del
PSUV. Cualquier miembro del partido que pensaba que podía coexistir con la facción
elitista del partido y con la oposición democrática para propagar los ideales sociales
de Chávez dentro de un sistema pluralista, debe reconocer en este momento que
esa posibilidad es nula. Maduro es un dictador sanguinario que hará todo lo que
considere necesario para mantenerse en el poder, desde un descarado y obvio fraude
electoral y la detención arbitraria de oponentes y sus seguidores, hasta el uso
de mercenarios armados para la represión asesina de la protesta cívica. Ya no
es solamente que “el mal chavista” está en el poder, cosa que pudiera solucionarse
dentro de un sistema democrático, sino que “el verdadero chavista” se aferra al
poder, demostrando la estirpe original de Hugo Chávez como el antidemócrata primigenio,
conspirando contra la democracia venezolana desde 1983 bajo el Samán de Güere.
Este verdadero legado de Hugo Chávez destruye cualquier capacidad que la elite del PSUV pueda tener
convivencia en un sistema democrático. Todo defensor de la constitución y la democracia observando las acciones de Maduro desde ese domingo, sabe lo que esta sucediendo: la usurpación del poder por un autócrata que ignora descaradamente la soberanía popular. El legado actual de Maduro es la destrucción del PSUV como participante creíble en un sistema democrático, la destrucción del partido como tal. Cualquier miembro del partido con anhelo de convivencia democrática saldrá del mismo, "por las buenas o por las malas" por no tener futuro en el mismo.
La campaña
de la oposición contra el gobierno ideada hace alrededor de dos años tuvo un
objetivo claro: la unificación y reconciliación del país. Este objetivo busca
aliviar el gran malestar de fondo que cansa y mantiene al país en una depresión
emocional (y debilidad económica) desde hace 10 años al menos, y originado por
las prácticas implementadas por el chavismo durante los 12 años anteriores. Este
objetivo de campaña se instrumenta en la unificación de la oposición y el
mensaje de reunificación familiar, que incluye reunificar a los que se fueron a
buscar fortuna a otras tierras con su familia que se quedó, y reunificar a los que
fueron separados por la guerra psicológica civil divisionista del chavismo, enfrentando
hermano contra hermano, padres contra hijos, y vecino contra vecino en su misma
patria. Esta reunificación y reconciliación
busca hacer al país en uno fuerte y unido contra aquellos que pretenden
dividirlo y expoliarlo para su propio provecho mediante execrable corrupción adminstrativa
o condenable corrupción criminal. Se dice fácil, pero tiene práctica difícil:
en la unión está la fuerza. Es mucho más fácil dividir y destruir -la táctica del
PSUV para lograr y mantenerse en el poder- que unir y construir, el mensaje de
la oposición liderada por Maria Corina Machado.
La farsa democrática
del régimen se basa sobre un fraude electoral que cree que dará legitimidad a
su pretensión de mantenerse en el poder. El régimen pretende crear una ilusión de
democracia mediante unos resultados evidentemente fraudulentos, y proclama a
cuatro vientos que celebrar elecciones demuestra que son demócratas. Pero al
igual que su pretensión de legitimidad democrática por el voto nos demuestra su
irrespeto a la soberanía popular, sus acciones contra los otros factores que
conforman la democracia revelan su talante antidemocrático: la represión de la voz
de protesta pacífica, el irrespeto a la ley por igual para todos, y la carencia
del debido proceso, incluso contraviniendo acuerdos internacionales suscritos. La falta de libertad de asamblea, libertad de expresión,
igualdad ante la ley y apego a la misma son evidente señal de régimen autoritario.
En esto, Maduro ha demostrado ser peor que Pinochet, y fiel seguidor de los
sanguinarios autócratas que usurparon la revolución cubana.
La destrucción
de la credibilidad democrática del PSUV recae directamente sobre el triunvirato
de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez. Cada uno tiene sus razones propias para
aferrarse al poder, pero su complicidad antidemocrática y anticonstitucional es
común. Los defensores de la democracia y los defensores de la constitución tienen
ahora un objetivo común: la verdadera restauración de la democracia y la reconstrucción
del país apegados a las leyes y las normas que harán a este un país unido y fuerte.
Los gruñidos, coletazos y zarpazos de bestia acorralada son peligrosos y poderosos, pero la verdad, la voluntad y la persistencia de la ciudadanía
venezolana prevalecerá sin duda. La oposición alzó su voz y voluntad fuerte
contra el régimen, muchos individuos, instituciones y naciones la acompañarán
para y hasta derrocar la satrapía y regresar a la verdadera paz y prosperidad
que el país merece y anhela, rechazando el legado antidemocrático de la empresa Hugo Chávez Frías & Sucesores.