Desde su publicación en 1976, Del buen salvaje al buen revolucionario de Carlos Rangel ha provocado reacciones intensas y duraderas. Considerado por algunos como un manifiesto liberal para América Latina y por otros como una herejía contra los dogmas ideológicos dominantes de su época, el libro se ha reeditado en distintos países y contextos, cada vez con nuevas miradas que lo reinterpretan a la luz del momento histórico.
Reunimos aquí cinco prólogos escritos entre 1976 y 2024 que acompañaron ediciones claves de la obra. Jean-François Revel inauguró esta serie con una defensa y exposición apasionada del pensamiento de Rangel ante los mitos utópicos creados por Europa y abrazados por sectores en Latinoamérica como excusa para escurrir la culpa de su condición. Carlos Alberto Montaner, Carlos Granés, Loris Zanatta y Carlos J. Rangel, en distintos momentos y países, han vuelto a la obra para examinar su vigencia, su radicalidad y su capacidad de incomodar.
Cada uno de estos textos revela tanto como la obra misma: nos hablan no solamente de Rangel, sino de las transformaciones (o estancamientos) ideológicos del continente. A través de sus páginas, se traza una genealogía de una disidencia liberal que ha resistido a la vez la izquierda dogmática, el autoritarismo reaccionario y el fatalismo cultural.
Jean-François Revel – Prólogo a la primera edición (1976)
El filósofo francés Jean-François Revel abre la primera edición con una admiración explícita por la honestidad intelectual radical de Carlos Rangel. Presenta el libro como un esfuerzo pionero por desmontar los marcos míticos—en especial los del buen salvaje y el redentor revolucionario—que distorsionan la imagen que América Latina tiene de sí misma. Revel sostiene que la tesis central de Rangel es que el subdesarrollo latinoamericano es, ante todo, político, no económico, y que los mitos reforzados desde Europa perpetúan este fracaso al nublar la responsabilidad interna.
“Porque no hay que engañarse: La historia de
Latinoamérica desde comienzos del siglo XIX, en contraste con la historia de
Norteamérica, es la historia de un fracaso... aunque los mitos que los
enmascaran evolucionen, y que por ejemplo el mito del Buen Salvaje se haya
transformado en el mito del Buen Revolucionario.”
Carlos Alberto Montaner – Prólogo a la edición de 2006 (30 aniversario)
El ensayista cubano Carlos Alberto Montaner recuerda su sorpresa al descubrir que el libro de Rangel no era otra diatriba tercermundista, sino una defensa lúcida del liberalismo político y económico occidental. Elogia la obra por su claridad conceptual y su rechazo tanto del colectivismo revolucionario como del autoritarismo de derecha. Una de sus observaciones más penetrantes apunta a la centralidad emocional del “desposeído” en el discurso latinoamericano: no como sujeto con derechos individuales, sino como emblema colectivo de una historia victimista. Para Montaner, esta construcción ideológica es el núcleo moral que justifica los abusos del poder revolucionario. Rangel, dice, desenmascara esa falacia con una honestidad que todavía incomoda. Montaner finaliza lamentando que Venezuela ignorara estas advertencias, y que haya terminado abrazando precisamente los mitos que Rangel denunció. Para él, este libro es más que un texto: es una bandera para quienes luchan por rescatar la libertad.
“¿Y quién puede dudar... que de no haber existido esta
potencia democrática, guardián del Hemisferio... Latinoamérica hubiera sido
víctima... del colonialismo europeo... y más tarde... de los imperialismos
todavía peores que ha conocido el siglo XX?”
Carlos J. Rangel – Prólogo a la edición brasileña (2019)
Carlos J. Rangel escribió esta introducción para la tercera edición en portugués de Del buen salvaje al buen revolucionario en busca de un amplio enfoque biográfico/histórico de Rangel para las nuevas generaciones. A más de cuatro décadas de la primera edición, el prologuista reivindica la vigencia del pensamiento de su padre, Carlos Rangel, en un contexto global marcado por un nuevo conflicto ideológico: nacionalismo vs. globalismo. Señala que los mitos victimistas, el caudillismo redentor y la perpetua evasión de responsabilidades siguen definiendo el fracaso estructural de América Latina. A través de un análisis histórico, ideológico y personal ubica la obra como una brújula liberal para tiempos de confusión populista.
“La finalidad de la política es hacer que la sociedad
en su conjunto sea mejor y, sin lugar a dudas, la historia ha demostrado que
bajo la democracia liberal las sociedades prosperan más que bajo oligarquías
mercantilistas o tiranías socialistas.”
Esta introducción también se incluye en la edición de DBSBR digital de la Colección Carlos Rangel, publicada por CEDICE Libertad (2022), y las ediciones auspiciadas por el Istituto Bruno Leoni (Italia, 2023) y la Fundación Para el Progreso (Chile, 2023).
Reflexiones adicionales por CJR sobre DBSBR: Carlos Rangel y la democracia como el anti-mito (discurso ante el IBL)
Loris Zanatta – Prólogo a la edición italiana (2023)
El historiador italiano Loris Zanatta presenta a Carlos Rangel como un pensador liberal profundamente contracorriente en un continente moldeado por el conformismo revolucionario. En su prefacio, insiste en que las raíces más profundas del fracaso latinoamericano no se encuentran solamente en los modelos económicos, sino en un legado religioso-político profundamente marcado por la cristiandad hispánica. La Revolución en América Latina, sostiene Zanatta, es la heredera de una nostalgia teológica: no busca el futuro, sino la restauración de un pasado mítico, homogéneo, sin conflicto ni pluralismo. En este marco, la Iglesia católica no ha sido solo un actor más, sino “el cerebro y la espina dorsal” de la historia latinoamericana, según señala el propio Rangel. El populismo, el culto a la pobreza y la redención revolucionaria son expresiones seculares de esa antigua matriz espiritual. Rangel, afirma Zanatta, es uno de los pocos pensadores que comprendió que las utopías políticas latinoamericanas son versiones laicas de la Ciudad de Dios.
“La segunda, y aún más profunda intuición de Rangel,
se resume en una breve frase: el catolicismo —escribió— es ‘el cerebro y
también la columna vertebral’ de la historia latinoamericana; nada como eso
determina lo que esa historia es o no es.”
Carlos Granés – Prólogo a la edición chilena (2024)
El ensayista colombiano Carlos Granés ofrece una lectura renovada de la obra como una crítica frontal a la narrativa fundacional del victimismo latinoamericano. Señala cómo el marxismo, el antiimperialismo y el caudillismo han dado forma a una cultura política centrada en el redentor revolucionario. Granés destaca la valentía de Rangel al exigir una mirada introspectiva y madura sobre nuestras propias responsabilidades. Lamenta que el libro no haya provocado el fervor que sí despertaron textos como Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano (1971), los cuales aceptaban como dogma irrefutable que el atraso económico y social en Latinoamérica se debía al despojo colonial e imperialista de sus riquezas y cultura.
“Basta ya de echar balones fuera. Ha llegado el
momento de abandonar los mitos confortables, de rechazar ese papel de buen
salvaje... Es
hora de mirarnos a nosotros mismos...”
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