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jueves, 1 de octubre de 2015

Promesas Cumplidas


Chávez cumplió su promesa de conducir al país hacia un nuevo destino, una nueva sociedad la cual, en su mente, comparaba con un mar de felicidad.  Desde un primer momento visualizaba al modelo cubano como el modelo a seguir y nunca lo negó. Quienes negaron que el proponía esa vía fueron un gran número de venezolanos, empezando por los medios de comunicación y los políticos que se dejaron seducir por el discurso y los ojos de Chávez.

Poco después del intento de golpe de estado el 4 de febrero de 1992 por Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez, el mundo político respondía de la siguente manera: 
2 de Abril 1992: La Marcha del Silencio exige la “libertad de los insurgentes y la renuncia de Pérez.” La marcha fue convocada a pesar de estar las garantías suspendidas a raíz de la intentona golpista.
Oswaldo Álvarez Paz (27 de Abril, 1992): “No tengo dudas en cuanto a la rectitud de propósitos que los animó a la aventura del 4-F.”
Claudio Fermín (octubre 1992): hay que considerar “la posibilidad de decretar una amnistía para los militares y encapuchados” del golpe.
Luis Herrera Campíns (2 de noviembre 1992): el expresidente “considera posible que los rebeldes de febrero puedan aportar ideas para salir de la crisis, por lo que reta al Presidente Pérez a ponerlos en libertad y permitir que busquen sus votos en la calle”.

Solo pasarán veinticinco días de esas declaraciones de Herrera Campíns cuando...


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martes, 24 de marzo de 2015

El Robo Mayor (2)*

Un País para Querer

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Siendo joven, una de mis actividades favoritas era recorrer Venezuela. Cuando niño, con mis padres y mis tíos, rodé por esas carreteras, yendo a playas  tanto cercanas como lejanas – Macuto, Naiguatá, Cata, La Restinga… Por el alto llano de Barinas y las montañas de los Andes… y Guayana, sobre el Puente Angostura y hasta el Guri.

Ya algo mayor hacía excursiones frecuentes al Ávila, trasnochando en la Silla de Caracas con amigos de escuela y luego, como joven profesional soltero con compañeros de parranda, reinicié esos recorridos por el país, por Venezuela. Durmiendo en pensiones de mala muerte en San Fernando de Apure o amaneciendo en el carro con dolor de cabeza por el aire enrarecido del Páramo de Mucuchíes; parado sobre piedras del precipicio al final de la península de Araya o acampando en las arenas de Paraguaná con mi hermano, viendo a lo lejos el resplandor nocturno de Amuay. Pisé guano en El Guácharo. Visité reinas de belleza en Barquisimeto. Tomé menjurjes, cervezas y ron en Sorte, Guasdualito y San Francisco de Yare. Comí nieve en el Pico Espejo y caminé tempranas nieblas merideñas junto a mi joven y bella esposa venezolana. Experiencias inolvidables.

Las gentes de Venezuela éramos una sola gente. Andinos o margariteños, maracuchos o guayaneses, caraqueños o llaneros, todos queríamos lo mismo: una mejor Venezuela, un mejor futuro. El anhelo común de todo ser humano. 



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EL ENGENDRO DE LA VIOLENCIA

La violencia política es un instrumento cuyo resultado genera resentimientos, incertidumbre e inestabilidad en una nación. El éxito de su ap...